Abstract:
Sebastián Polo Hernández, el hijo del juglar Juancho Polo Valencia, cuenta que está poseído por el espíritu del legendario acordeonero y no le ha permitido mostrar su obra. Parece una extensión del autor de Alicia Adorada.
En las cuentas de Sebastián Polo Hernández está claro que el espíritu del viejo Juancho Polo Valencia pudo haberlo poseído en la madrugada del 22 de julio de 1978. Para entonces, Juancho Polo Valencia, el juglar, llevaba más de una década inmerso en una vida azarosa, sin rumbo, suicida, sin ambiciones, y nunca había hecho lo que hizo esa noche calurosa de julio, después de beber con desenfreno y de cambiar su talento por licor durante cuatro días consecutivos en las fiestas de Aracataca.