Abstract:
A los periodistas mexicanos, la llamada “guerra contra el narcotráfico” nos encontró impreparados. La cubrimos de la manera en que solíamos cubrir los sucesos policíacos con la sumatoria diaria de muertes, de asesinatos, de ejecutados. Era tan abrumador el número de cadáveres apilados en las morgues, que en las redacciones se inauguró una macabra figura llamada el “ejecutómetro”, el marcador diario de homicidios, como si se tratara de un partido de fútbol: tantos asesinados de un equipo, tantos del bando contrario; tantos narcos muertos tras un combate contra tantos militares o policías federales.