Abstract:
El 20 de enero de 1961, John Fitzgerald Kennedy ofrecía a su auditorio el discurso inaugural luego de hacer su juramento de posesión presidencial: “A nuestras repúblicas hermanas al sur de nuestras fronteras les ofrecemos una promesa especial: convertir nuestras palabras en hechos, en una nueva alianza para el progreso, con el fin de ayudar a las personas y gobiernos libres a romper las cadenas de la pobreza”.
Esta alianza fue la reproducción de la política del Buen Vecino del presidente Roosevelt; la respuesta obligada a unas relaciones fuertemente deterioradas entre los Estados Unidos y América Latina en el decenio precedente a la llegada al poder de Kennedy. La administración Eisenhower financió la llegada al poder de dictadores en Perú, Paraguay y Venezuela; luego, su segundo, el vicepresidente Nixon, para citar un ejemplo, hablaba del dictador Fulgencio Batista como el ‘Abraham Lincoln’ de Cuba.