Este artículo de reflexión discurre sobre la percepción contemporánea de las dos artistas, generalmente impuesta por la
cultura masiva, cuestionando la persistencia de la memoria y reflexionando sobre las sendas disparejas de la memoria histórica.
Frida Kahlo – pintora reconocida como una sensación internacional en el mundo del arte moderno y de las políticas
radicales, cuya fama sigue creciendo, alcanzando hasta lo más alto de las producciones de Hollywood. Leni Riefenstahl
– actriz y directora de películas, creadora de un género cinematográfico nuevo de propaganda documental, clásica de su
propio e inigualado hasta hoy en día estilo, prácticamente impugnada del medio de la producción de películas, silenciada y
olvidada. Ambas artistas han vivido en los tiempos cuando emergieron y florecieron los sistemas más crueles y genocidas
en la historia de la humanidad, el comunismo soviético y el nazismo. Las dos cultivaron una posición personal hacia los
sistemas y hacia los hombres que los encarnaban: Riefenstahl rechazó cualquier relación personal con los dirigentes nazis,
sobre todo con Adolfo Hitler; Kahlo desarrolló una aventura amorosa con uno de los máximos ideólogos y animadores del
sistema bolchevique, y líderes del estado soviético, Leo Trotsky.
Abstract: This article presents the contemporary reception of both artists, generally imposed by the mass culture, posing a question
on the endurance of memory and uneven trails of the history tracking Frida Kahlo – an acclaimed Mexican paintress
recognized as an international sensation in the worlds of modern art and radical politics, whose fame constantly grows
reaching even top Hollywood productions. Leni Riefenstahl – a German actress and filmmaker, creator of a new film genre
of documentary propaganda, a classic of her own style unrivalled to this day, practically turned away from filmmaking,
forgotten and hushed up. Both artists lived in times when the most cruel and genocidal systems in mankind’s history,
Soviet Communism and Nazism, emerged, developed and flourished. Both of them developed a personal position towards
the systems and towards the men who embodied them: Riefenstahl refuted any close personal relations with Nazi worthies,
most of all with Adolf Hitler; Kahlo developed a passionate affair with one of the top ideologists and animators of the Bolshevik
coup and leaders of the Soviet state, Leo Trotsky.